martes, 20 de diciembre de 2016

Abortó tres veces por su trabajo

Se llama a sí misma "la abuela del arte performance". Marina Abramociv -en activo desde los años setenta- cuenta siempre que cuando empezó la querían "encerrar". En uno de esos primeros trabajos, cuando corría el año 1974, la serbia entregó al público 72 instrumentos de diferentes funcionalidades, desde un lápiz a una boa de plumas pasando por un hacha o una pistola cargada, y les pidió que los usaran como quisieran con ella, prometiendo quedarse inmóvil durante seis horas.
El resultado -que pretendía ser una reflexión acerca de la confianza y el contrato social- acabó siendo una demostración de la violencia latente: le cortaron la ropa, le clavaron espinas en el estómago, alguien le apuntó a la cabeza con el arma... no le importa. "Estaba dispuesta a morir durante la actuación", confesó el pasado lunes al diario alemán Tagesspiegel. Explicó que sus performances se alejan del teatro porque en la interpretación "la sangre es salsa de tomate" pero en su obra "es real".
En mi opinión, el marido y los hijos son la razón por la que las mujeres no son tan exitosas como los hombres en el mundo del arte
La artista también se mostró tajante en cuanto a su elección de no tener hijos. Relató que si ha abortado tres veces a lo largo de su vida ha sido porque los niños habrían sido "un desastre para mi trabajo", y que los hijos no son buena idea para las mujeres artistas. "Una sólo tiene una energía limitada en el cuerpo, y yo habría tenido que dividirla", dijo. "En mi opinión, esta es la razón por la que las mujeres no son tan exitosas como los hombres en el mundo del arte. Hay un montón de mujeres con talento. Entonces, ¿por qué siempre ocupan los hombres los puestos importantes? Es sencillo: por el amor, por la familia, por los niños. Porque las mujeres no quieren renunciar a todo eso".

El amor: un arco tensado

Abramovic protagonizó en 1980, junto con su entonces pareja, el fotógrafo y artista alemán Ulay, una performance llamada Rest Energy: él apuntaba con un arco tensado directamente al corazón de Marina. Se quedaron así durante horas. ¿Era eso el amor? En A-AAA (1978), los amantes se gritan el uno al otro en un pulso para determinar cuál es la voz dominante -ojo, y gana ella-.
Mi sueño, en realidad, es tener a alguien con quien desayunar los domingos por la mañana y leer el periódico
En Imponderabilia (1977), Marina y Ulay se miran desnudos en un pasillo muy estrecho y piden al público que pase entre ellos, lo que provoca que los asistentes acaben rozando sus cuerpos en cueros. "Claro que sueño con encontrar al hombre perfecto, pero eso no quiere decir que yo cambiara. No soy material de unión, eso sería terrible. Mi sueño, en realidad, es tener a alguien con quien desayunar los domingos por la mañana y leer el periódico". Con todo, se describió como una mujer "completamente libre" y aseguró que era así por no tener marido ni familia. Su obra crea un exigente itinerario de viaje: "No podría vivir de otra manera".
En la misma entrevista, Abramovic dijo que ya tiene en mente su 70 fiesta de cumpleaños en el Guggenheim: "Veamos si puedo bailar bajo un poste todo el camino hacia el museo. Todavía estoy practicando", rió. Cómo no, también ha planeado su propio funeral.
 http://www.elespanol.com/cultura/arte/20160727/143236062_0.html

sábado, 10 de diciembre de 2016

Abandonada en el altar, él le dijo que abortara

La abandonó en el altar y le dijo: ¨aborta al bebé¨, luego ve las fotos que el doctor le quiere ocultar.


Todos tenemos sueños desde muy pequeños, lo triste es cuando llegamos a la etapa de la adultez y muchos de aquellos sueños de niños se desvanecen poco a poco o se esfuman en un parpadeo, a veces la vida nos pone pruebas que nos resultan muy complicadas de entender, pero siempre son pruebas que nos terminan haciendo más fuertes.

Angie es un claro ejemplo de lo anterior, su cuento de princesas de niña comenzaba a tomar color ahora en su etapa de adulta. Se había comprometido con un grandioso hombre (eso pensaba ella) al cual amaba profundamente y día y noche soñaba con sellar ese pacto de amor con un ¨para siempre¨.

 

Nunca imaginó que su cuento de princesas terminaría el mismo día que sellaría el pacto de amor, su novio terminó plantándola en el altar, nunca le dio explicación, él simplemente no llegó.

Con el tiempo, Angie logró ponerse de pie y continuar adelante con su vida y sus proyectos. Entonces, inesperadamente reapareció aquel hombre que tiempo atrás la había abandonado avergonzándola frente a familiares y amigos. Fue tanto su insistencia que ella terminó perdonándolo y decidió volver con él y como consecuencia de esa relación, ella quedó embarazada.

Cuando él se enteró que sería padre los problemas aumentaron. Era grosero con ella y la trataba mal, incluso llegó a exigirle que abortara. Angie de principio se negó, pero entonces él le dio a elegir entre ambos y creyó que era tanto su amor por él que terminó aceptando.

Asistió a una clínica para que le practicaran un aborto, misma en la que conoció a una mujer que le suplicó que reconsiderara su decisión, pues le aseguraba que siempre viviría arrepentida. Muchas fueron las palabras de esta mujer para lograr que Angie entrara en razón y no se deshiciera de su bebé, pero aunque Angie comenzaba a dudar decidió continuar con su absurda decisión.

Llegó su turno y temerosa se dirigió al pequeño consultorio en donde las paredes eran blancas y eran tan frías e indiferentes como el personal que laboraba ahí. No podía sacar de su cabeza lo terrible que estaba a punto de hacer pero aun así no daba marcha atrás.

Para saber cuánto tiempo tenía de gestación fue necesario hacerle un ultrasonido, ella insistió en ver al bebé pero el médico se negaba rotundamente, sin embargo, tanta fue su insistencia que el doctor accedió y así, Angie conoció al pequeño ser que llevaba dentro de ella, inmediatamente sintió una conexión inexplicable que la salvó de cometer tal acto tan atroz. Le pidió al doctor cancelar todo y le habló a su ex prometido para hacerle saber que no lo haría, ella definitivamente no se desharía de su bebé. Este decidió huir nuevamente haciéndole saber que nunca se haría cargo del bebé y que no lo volviera a buscar, pues a él no le interesaba la paternidad.


La presión familiar era muy dura para Angie, sin embargo nunca más volvió a dudar sobre tener a su bebé, a pesar de no saber qué hacer o cómo salir adelante, decidió luchar para darle la vida que él mereciera.

Trabajó muy duro para poder solventar gastos y su familia le brindó ayuda en todo momento, aunque de su ex prometido no se volvió a saber nada. Finalmente dio a luz a un hermoso varoncito al cual llamó Joseph. Lo educó sola y logró sacarlo adelante con amor y dedicación. Angie afirma que la ayuda de Dios fue indispensable para ella, incluso que fue su motor de cada día pues gracias a él tuvo la dicha de ser madre de un niño encantador.


Angie comparte un hermoso mensaje para todas aquellas mujeres que se han enterado que serán madres y tal vez están considerando la idea de abortar:
 http://www.porquenosemeocurrio.com/2016/08/la-abandono-en-el-altar-y-le-dijo.html

martes, 6 de diciembre de 2016

Vi su corazón latir

WASHINGTON D.C., 05 Nov. 15 / 02:37 am (ACI/EWTN Noticias).- “Cuando quedé embarazada, no tenía a nadie” recuerda Claire Crawford, una joven madre de Misisipi (Estados Unidos) que, a pesar de tener todo en contra rechazó el aborto a sus 18 años. Su testimonio ha sido recogido en el blog de la plataforma pro-vida estadounidense Estudiantes por la Vida (Students for Life).
“Vengo de una gran familia” relata la joven. “Mis padres cometieron errores, como todos, pero siempre me dieron todo lo que necesitaba. Mi papá incluso creó un fondo para mi universidad cuando era una bebé. Siempre he vivido en buenos vecindarios. Manejaba un auto bonito y fui a una buena escuela”.
A pesar de todo esto, lamenta, “cuando quedé embarazada, no tenía a nadie. Hice elecciones anteriores a quedar embarazada que me pusieron en esa situación. Ni siquiera podía verdaderamente creer que estaba embarazada”.
Claire señala que “el papá de mi bebé y yo tuvimos una relación difícil, y solamente se volvieron más difíciles. Pero él era todo lo que tenía. Eventualmente rompimos cuando yo tenía cerca de 7 meses de embarazo”.
Pero su complicada situación no fue un pretexto para acabar con la vida de su bebé.
Incluso sin un trabajo, auto o dinero, sabía que quería tener a mi bebé, e iba a trabajar tan duro como fuera necesario para asegurarme de que eso sucediera. ‘Donde hay voluntad, hay un camino’ era mi frase favorita para decirle a quienes me cuestionaban”, recuerda.
Durante su embarazo, escribe Claire, “hubo muchos días en que lloré duramente”, e incluso hubo ocasiones “en que dije que debería tener (o haber tenido) un aborto. Le rogaba a Dios que me ayudara”.
Anja, una estudiante pro-vida con quien desarrolló una gran amistad, llevó a Claire a un Center for Pregnancy Choices (CPC, centro pro-vida) donde le realizaron una ecografía gratuita. Tenía entonces 11 semanas y 6 días de embarazo.
Vi a mi pequeño bebé. Vi su corazón latir. Me reí nerviosamente, intentando contener mis lágrimas, mientras veía a mi pequeño bebé saltar y bailar. Ahí es cuando supe que iba a hacer esto, cueste lo que cueste”.
Pero las dificultades no cesaron, y en muchas ocasiones pusieron a prueba su confianza en sí misma.
Dejé la universidad y perdí mis dos trabajos cuando tenía cinco meses de embarazo, aún sin saber qué iba a hacer o cómo iba a proveer a mi bebé con solo un poco de ahorros. Recé a Dios para que me guiara para hacer lo que fuera mejor para mi hijo”.
Claire hace una confesión adicional. “Estoy avergonzada de admitirlo ahora, pero voy a ser real. Aún había veces en las que deseaba haber abortado a mi bebé”. Sin embargo, recuerda, su amiga Anja estaba ahí para ayudarla en lo que necesitara.
A las 16 semanas de embarazo, Claire le contó a su madre que estaba esperando un bebé. La noticia revitalizó la relación y ella pudo volver al hogar materno para su cumpleaños 18, cuando tenía 8 meses de embarazo.
“Mi mamá le compró a Taylan sus primeras mantas, baberos, pijamas, etc. Tomó un tiempo largo, pero ella finalmente aceptó mi embarazo y estaba oficialmente emocionada de ser abuela por primera vez”.
El 30 de julio de este año nació el pequeño Taylan. A pesar de que “aún hay desafíos y momentos difíciles”, Claire asegura que “mi vida sin él sería nada”.
Para Claire, compartir su historia podría ayudar a darle a alguien “esa onza de esperanza que necesitan para salir adelante”.
“Mi embarazo estuvo lleno de algunos de los momentos más difíciles de mi vida, pero ha tenido el mejor resultado. Hago cerca del 98 por ciento por mi cuenta con poca ayuda. Pero totalmente lo vale. Nunca he amado tanto mi vida”, concluye.
Para leer el relato completo de Claire (en inglés), puede ingresar a: http://pregnantoncampus.studentsforlife.org/claire-how-blessed-i-am/
 https://www.aciprensa.com/noticias/vi-su-corazon-latir-el-conmovedor-testimonio-de-joven-madre-que-rechazo-aborto-51370/