jueves, 28 de enero de 2016

El PP paga cara su traición

No es casualidad que el número de votantes del PP haya bajado a pesar de estar la economía mejorando ostensiblemente. Cuando Celia Villalobos dijo que en el PP no cabían los que nos oponemos al aborto, lo tomamos al pie de la letra. Al menos un cuarto de millón de votos se fueron a Vox y otros tantos a otros partidos similares. Algunos más pensaron que, ya puestos a no defender la vida, les daba lo mismo cualquier partido. Si los responsables del Partido Popular siguen culpando a los recortes de la pérdida de votos es que son como los burros con anteojeras, que no ven más que una parte de la calle.

El PP tuvo mayoría absoluta cuando representaba unos valores de unidad, defensa de España y de la familia. El pensamiento conservador supone una parte esencial del electorado. Ahora que Rajoy y compañía se avergüenzan de ser de derechas, es natural que su electorado habitual les abandone. En España hace falta un partido conservador como en todos los países democráticos del mundo y si el PP no quiere ser ese partido tendrá que surgir otro para sustituirlo; pero uno que incluya también los principios fundamentales irrenunciables que defendemos una gran parte, yo diría, una mayoría de los españoles. Ciudadanos tampoco lo hace.