miércoles, 14 de octubre de 2015

Aborto, crimen de estado

Un millón de españoles faltan de nuestras calles. Trescientos niños son abortados al día en España. La población está envejecida y pronto no podremos pagar las pensiones. Pero nuestros políticos no le dan ninguna importancia. Si es necesario se acoge más inmigrantes y ya está. Pero cada aborto es una tragedia humana, por el niño que muere, por la madre que pierde un hijo, por los abuelos que pierden un nieto, por la sociedad que pierde un ciudadano más. La mayoría de los abortos se producen cuando el feto ya está completamente formado y no existen pruebas de que no sufra durante el proceso, pero preferimos no saberlo.

El Partido Popular dijo que iba a proteger a los niños por nacer, tal como marca la Constitución y los derechos humanos, pero cuando vió las encuestas cambió de opinión, abandonando a su suerte a los nasciturus y aquellos que los defendemos. La historia juzgará esa traición como se merece, pero de momento España sigue sufriendo una sangría diaria de españoles que nunca verán la luz del día. Hay un espacio libre en sus casas, en sus familias, en sus pueblos y en nuestro futuro como nación. Hemos retrocedido al tiempo de los sacrificios humanos, descendiendo en la escala evolutiva varios milenios, pero nadie quiere darse cuenta.